domingo, marzo 8

Dominguera

He perdido un poco mi empleo. Lo he perdido y no, pero me gusta decir que sí porque tengo mucho entusiasmo antagonista. Ahora estaré en secundaria -lo cual apesta- y mi corazón está destrozado porque no veré diario a mis escuinclos. Ya lo sé, tengo un problema para relacionarme con las personas: siempre me involucro demasiado con ellas. Potencialmente, todos pueden destrozarme.
Desde el viernes estoy en depresión. No sabia para donde darle y quería tomarme un galón de helado de cookies & cream con una botella de Absolut. No lo logré, así que anduve todo el santo día en pijama y me dormí a las 8 de la noche.
Ayer todo fue un poco mejor. Fui a una clínica de monta (que estuvo bien padrísima y me sirvió para darme cuenta que hay muchas otras cosas que me gustan y me apasionan) y después nos echamos unos tequilas en casa de Martha. Llegué temprano a mi casa pero a medios chiles, me dormí abrazando a Miranda. Leooooooo me mandó un mensaje en la madrugada para decirme que estaba en Guanajuato y que se acordaba mucho de mí.
Desperté bien temprano, dolor de cabeza, té, pastillas. Platiqué con mis papás y estoy terminando de leer El amante bilingüe.
Ayer pensaba que lo mejor seria abandonar la escuela y dedicarme a pedir limosna mientras toco el acordeón como Joan Marés. No sé, hoy pienso que es hora de crecer un poco y tomar las "pérdidas" de un modo más positivo. Finalmente es cierto, lo que más tememos ya nos pasó...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

arriba esos ánimooooooooooooos!!!

Enrique Medina dijo...

Supongo que como muchas personas "adultas" sabrás salir adelante, sin embargo no está por demás desearte suerte ahora con los no tan escuincles casi pubertos, además esos tequilas de algo habrán ayudado, saludos!

Kitsune dijo...

Échale ganas! Al menos ya corrompiste algunas mentes jóvenes
:P