miércoles, febrero 18

Para un solo cuerpo, dieciséis poemas.

“Hay, en el paso de la actitud normal al deseo, una fascinación fundamental por la muerte”[1] afirma Bataille y de esta forma relaciona el erotismo de los cuerpos con el erotismo de los corazones, donde aparece la pasión.
“Salvador” es el título del primer poema que Cernuda escribe para un cuerpo. Cabe preguntarse de qué manera está empleada la palabra, si como nombre o como adjetivo, tal vez como los dos. Se supone que Salvador es un joven culturista con el cual Cernuda sostiene una relación amorosa en 1951.[2] “…la violencia/ de no ser uno en ti, aquiétala”[3] es la súplica del poeta. El ámbito del erotismo es fundamentalmente un terreno de violencia, por lo tanto, de violación. Siguiendo a Bataille, lo más violento para nosotros es la muerte. Entonces el erotismo implica un sacrificio, un sufrimiento que inevitablemente conduce a la expiración. El fin que persigue el acercamiento erótico es el de alcanzar lo más íntimo, hasta la enervación (desolación del ser) donde existen el sacrificador (activo) y la victima (pasivo). Esta última es totalmente disuelta como ser durante el encuentro erótico pero esto sólo servirá de preparación para la fusión extrema que representa la disolución de ambos seres, la destrucción de las cualidades que hacen individuales a cada una de las partes que participan. De esta manera es que se vuelve al mítico inicio, a las dos partes de una sola criatura. “Desnudo ya de cuerpo tan amigo/ que contigo uno era.”[4]
La pasión inicia implantando desavenencia y perturbación. Más que ser una felicidad que se puede disfrutarse, es tan intensa que sólo es equiparable con su paradójico, el sufrimiento. “…condénale, / para que a su deseo/ suceda otro tormento.”[5] El poeta apasionado ya no encuentra freno para su sentimiento y la posesión del ser amado no significa muerte, sino todo lo contrario, aunque la muerte se encuentra en la búsqueda desenfrenada de esa posesión. El amante apasionado cree que únicamente el ser amado puede, en este mundo, realzar lo que los límites humanos restringen: la fusión total de dos seres distintos.
“Sálvale o condénale, / pero así no le dejes/ seguir vivo, y perderte.”[6] Un círculo de muerte es lo que trae la pasión consigo, no es la muerte propiamente dicha sino el deseo de matar o de suicidarse. “Donde el amor y el odio brotan juntos, animando el vivir. Y yo no quiero/ vida en la cual tú ya no tengas parte…”[7]
[1] Georges, Bataille, El erotismo, 4ta edición, España, Ensayo Tusquets editores, 2005, p.23.
[2] Cernuda, op. cit, p. 238. (Esta es una consideración que hace Manuel Cifo González dentro de esta antología poética comentada)
[3] Luis, Cernuda, Antología, edición de José Maria Capote, 8va edición, España, Cátedra Letras Hispánicas, 1997, p.297.
[4] Ibid., p. 298.
[5] Idem.
[6] Idem.
[7] Ibid., p. 305.

2 comentarios:

D dijo...

esta leyéndote...pero estoy tan cansado. que me quede a medias. prometo regresar.

Aunque de Cernuda solo conozco un par de poemas. y su vida amorosa nunca fue de mi interés.

:(

Diversa Luberza dijo...

Si te interesa la poesía "gay", te recomiendo a Daniel Torres, o a Manuel Ramos Otero; ambos Puelto Riqueños... Pa que no digan que Puerto Rico sólo da Reggaeton.