Anoche me desvelé por acompañar a mi hermano a un antro. Debo comenzar diciendo que él tiene dos años menos que yo y un poco de más ímpetu por la vida. Mi ánimo festivo andaba por los suelos, además odio andar en tacones.
Llegamos después de tragar unos tacos puerquísimos de pastor (que posteriormente, descompusieron nuestros estómagos) y unas micheladas del Oasis de la cruz (que buen lugar, por cierto, tan generoso con nosotros los alcohólicos). La entrada era la misma, a pesar de la remodelación del lugar. El primer zarpazo lo tuvimos al pagar 50 pesos de cover y encontrar un lugar semi-vacío con rolas aburridas y sillas incómodas. En la mesa de los cuates de mi hermano ya había un asqueroso Bacardí. No, no me juzguen mal, no se trata de que yo no beba menos que wiskhy en las rocas sino que el Bacardí es por sí mismo una leyenda negra entre la juventud, es lo que se bebe cuando se comienza a beber, época de borracheras clandestinas y miserables, ninguno de los presentes en la mesa éramos unos colegiales aunque tal vez olvido la rotes de nuestros bolsillos.
Había dos pantallas gigantes y al principio me entretuve viendo los vídeos que proyectaban: Juanes, entre Belinda y Miguel Bosé. La gente prendida. Poco a poco el lugar se fue llenando y fue entonces que empecé con mi análisis sociológico el cual les presento a continuación.
1.- Escote vs. mini-falda: Creo que todo este tiempo he estado equivocada, ya nadie recurre al viejo escote. Todas las jovencitas se caracterizaban por falda, vestido o short entre más rabón mejor. Lo único que se debía tapar era lo "necesario", ahí comencé a sentirme de la vieja escuela.
2.-Teens vs treintonas: Dos grupos grandes de nuestra población ocupaban las mesas y gradas del lugar. Por un lado estaban las menores de edad, prendidas, coquetas, llenas de energía y bailarinas incansables. Por el otro las treintonas (grupo al que me encuentro más cercana) que, extrañamente, comparte las mismas características! Sólo algo las distingue -además de los obvios estragos propios de la edad- las morritas beben y beben para irse desinhibiendo, las señoras ya están desinhibidas, se compran una chela y esperan (o ruegan) que alguien las saque a bailar.
3.- Mi generación: vi a pocos de mis amigos o conocidos pero todos lucían como yo: aburridos, muy sobrios y panzones. Lamentable.
4.- Rosas: el regalar flores en un antro es un fenómeno y un negociazo. Son carísimas y si tu economía alcanza para adquirir un ramo serás correspondido. Y pensaba en Molotov cuando dice: si no eres bonito más bien eres feo... pues regala flores, las chicas antreras las aman.
5.- Pleito cantinero: No cabe duda que en todos lados se cuecen habas y hasta en la elite de la sociedad se saca el cobre. Escena 1: mi hermano se muere de risa porque un borracho se cae frente a nuestra mesa. Escena 2: el borracho tropezón va y busca pleito con otro borracho y unos tipos gordos con playeras negras que dicen "seguridad" lo sacan cargando. Qué bonito! ¿dónde más lo he visto?
6.- Perreo: inevitable e interminable. Representa la unidad de las masas, todos a un solo ritmo.
7.- Cantando Oaxaca: sí todos, pero todos la cantan, alguna vez.
8.- Despedida: El final de esa noche me resultó triste. Cuando llegué a la puerta del W (porque así se llama, por si gustan) recordé mis épocas preparatorianas, cuando mi mamá iba por mí y mis amigos me sacaban casi cargada y en el coche no hablaba para que no se diera cuenta de mi borrachera casi infantil.
Yo también bailaba arriba de los sillones, cantaba "Te besé", ponía lana para el pomo, me tomaba fotos con mis amigos y mis novios. Ahora después de bailar un par de canciones me dolieron las rodillas, no me sabia las rolas que ponían y la única que me pegoneó fue la una de Gloria Trevi (y sólo porque está bien ardida), no tenía ni lana ni ganas para la botella.
La noche terminó conmigo conduciendo el auto porque mi hermano se puso medio pedo y pensé que si Dios perdona pero el tiempo no el resultado es la misma chingadera.